jueves, marzo 08, 2007

CUENTAS PENDIENTES


A 8 de marzo de 2007, los españoles y las españolas, ciudadanos, ambos sexos, de primera, según garantiza nuestra, Constitución, podemos presumir de contar con más recursos legales cada día para que esta igualdad a la que todos aspiramos sea real en la práctica diaria. Así tenemos leyes que luchan contra las más sórdidas manifestaciones de la discriminación como es Ley Integral contra la Violencia de Género, y este mismo mes el Congreso aprobará la Ley de Igualdad, que entre otros objetivos, trata de conseguir que la presencia de las mujeres en los consejos de administración de las empresas españolas pase del 4% actual al 40%, en un periodo de ocho años. Son leyes que han contado con un respaldo político amplio, donde el consenso demuestra la uniforme voluntad de los españoles de erradicar el arraigado problema de la discriminación.Pero a pesar de esta clara voluntad mayoritaria de hacer de la nuestra, una sociedad no sexista, todos hemos sentido el mazazo en nuestras propias carnes, o sobre las de una hija, una madre, una hermana, o una amiga, de las distintas formas de sexismo.¿Que estamos haciendo mal, entonces, o dejando de hacer, para que en lo que va de año, y a pesar de todos los programas preventivos, sean ya 18 las mujeres asesinadas, en nuestro país, como consecuencia de la violencia machista? O planteando la pregunta de otra forma ¿Que queda aun por hacer para erradicar este problema?.Y no me queda más remedio que ser repetitiva respondiendo a la misma pregunta de siempre, porque la violencia no es más que una de las muchas manifestaciones de una mentalidad machista, que abarca todos los órdenes de la vida, desde la cuna hasta la tumba, y tengo que insistir en que es ahí, en la misma base del problema, donde tenemos que hacer un verdadero esfuerzo, para resolverlo.Y hay que dar pasos concretos, que a veces podrán resultar ridículos desde nuestra arraigada conciencia sexista, como dejar de marcar a las niñas, como a las ovejas, cuando nacen, agujereándoles las orejas, práctica de agresión a menores indefensos que debería regularse como delito, o romper con ese primer encasillamiento impuesto por una moda restrictiva y sexista, de azul para los niños, y rosa para las niñas, y habrá que acabar con la separación de papeles que desde la industria del juguete influye en las indefensas mentes de las niñas para convertirlas en perfectas “marías”, y en las de los chicos para que aspiren al resto de las ocupaciones que controlan la vida pública, despreciando su futuro papel doméstico, etcétera.Ya nadie duda de la que en la educación está la clave y por eso hay que regular rigurosamente los contenidos publicitarios, de los anuncios y la publicidad subliminar en programas televisivos, series, películas, y videojuegos, creando organismos de control para la correcta aplicación de estas normativas, y sancionando duramente su incumplimiento, trabajar en las guarderías, en los colegios, en los institutos, en las universidades populares, en la universidad de los mayores, en la universidad, en la empresa, en la administración pública, pedir incluso la colaboración de los particulares, de todas las tendencias políticas, ideologías o religiones, comprometerse a nivel de Estado en la lucha contra las legislaciones machistas que prevalecen en un gran número de países, trabajar contra las bárbaras costumbres de agresiones institucionalizadas a mujeres y niñas, como la oblación del clítoris, o la lapidación por adulterio en tantos países.Una lista de soluciones que todos conocemos, y cada una de las cuales requiere una batería de actuaciones complejas, y un exhaustivo control de calidad sobre las mismas, pero inútiles si no se les da prioridad política, con dotaciones presupuestarias que multipliquen el esfuerzo actual del Gobierno central, de los Gobiernos Autonómicos, e incluso de los Ayuntamientos.Las esperanzas de las mujeres y hombres que creemos sinceramente que la igualdad de oportunidades que defiende nuestra constitución debe formar parte de nuestra forma de vida, se alienta con cada nueva medida.En Extremadura también le damos la bienvenida a la futura “escuela de feminismo”, que sinceramente espero que sea una importante herramienta para saldar en el terreno de la igualdad las cuentas aun pendientes.

Milagrosa Carrero Sánchez
Profesora de Secundaria
Página de Brozas (Cáceres), cuna del BROCENSE