lunes, junio 04, 2007

Porque la tierra no es tuya




Antes de que la costa estuviera superpoblada, y las grandes urbes salpicaran el mapa de la piel de toro, antes de que Europa se convirtiera en un gigante punto iluminado en la oscuridad de la noche, y antes incluso de que la deforestación amenazara con la extinción de los grandes bosques tropicales del planeta una ardilla podría atravesar la península ibérica saltando de árbol en árbol sin tocar el suelo.


Es la consecuencia de la llamada "sociedad de consumo" base del sistema capitalista, que premia el derroche, incitándonos a cambiar de ropa cada temporada, a comprar un móvil nuevo cada 18 meses, un ordenador cada tres años, un coche cada cinco, una lavadora cada 8, y un frigorífico cada 10. Un sistema que inventa continuamente productos diferentes, y que llega a generarnos necesidades inexistentes, para arrastrarnos al vértigo consumista.


Un sistema que ha acabado con la mayor parte de los bosques primarios del planeta, ecosistemas amenazados donde residen dos terceras partes de la biodiversidad terrestre, a veces para explotarlos como campos de cultivo de soja, para transformarlos en urbanizaciones, o simplemente para usar la madera, también base del papel.


Un sistema que, a base de explotar una mínima parte de las variedades vegetales de alimentos, está contribuyendo a acabar con la biodiversidad.


Un sistema que no respeta los ecosistemas naturales, con la consiguiente extinción irreversible de muchas especies.


El sistema que no le sienta bien a la tierra, y que habrá que cambiar, antes mejor que despues, mintras aun estemos a tiempo.