domingo, diciembre 25, 2005

EXTREMADURA TIEMBLA


Un escalofrío ha recorrido, cada célula del sistema nervioso, de las dos provincias extremeñas, la mañana que se conoció, desdemuy temprano, la noticia del infarto sufrido por nuestro Presidente, Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
Presidente de la Comunidad autónoma durante 22 años consecutivos, después de haber ocupado responsabilidades políticas en el congreso de los Diputados, como Vicepresidente segundo en las Comisiones de Educación y Ciencias, y de Presidencia del Gobierno, Rodríguez Ibarra es un profundo conocedor de los pormenores, tanto de nuestra vida política, económica y cultural autonómica, como de otras dinámicas políticas a nivel nacional.
El Presidente autonómico, que goza de la confianza de los Extremeños desde el 8 de Junio del 83, habiendo participado personalmente en la elaboración del Estatuto de Autonomía Extremeño, aun en vigor, y habiendo formando parte, anteriormente, como Consejero de Sanidad y Seguridad Social, del primer Gobierno preautonómico, en 1978, es, tras cinco investiduras como Presidente de la Junta de Extremadura, sin duda, el lider carismático de esta comunidad.
No voy a extenderme aquí a exponer el archiconocido Currículo de nuestro querido presidente, y digo querido porque cuenta con la confianza del pueblo extremeño. Solo quiero limitarme a reflejar el sentimiento de inseguridad que nos ha sacudido a todos, esta mañana, al enterarnos de su incidente, o accidente cardíaco, y recordar algunas anécdotas, que demuestran la consideración que esta peculiar figura, despierta en la gente.
Entre sus muchas condecoraciones quiero mencionar el galardón otorgado unánimemente, por la Asamblea de Socios de la Unión Extremeña de Sant Boi de Llobregat, como “buena gente”, por su labor en el desarrollo regional Extremeño, o el premio a la “Transparencia Informativa” otorgado por el Club Internacional de Prensa, que dan en ambos caso, una idea del sentimiento que su figura despierta en nuestro entorno.
Los extremeños progresistas, tenemos hoy miedo, de que este percance de salud, de nuestro presidente, pueda acortar, esperemos que no, su futura vida política. Y no es para menos si tenemos en cuenta, los avances conseguidos en nuestra Comunidad Autónoma a lo largo de su mandato. Así, entre 1986, y 1997, la economía Extremeña ha registrado un crecimiento del 3,8% anual, frente al 3% alcanzado por la media española, referido al PIB, y teniendo en cuenta, que la región parte con importantes carencias en infraestructuras.
Si bien Extremadura sigue teniendo un importante problema de desempleo, y serias dificultades para generar empleo, como asignatura pendiente, también es verdad que a nivel de productividad, se aminoran las distancias con la media nacional, cuya tasa de creación de empleo aumentó un 1.17% a nivel nacional, frente a un aumento del 1.37% en Extremadura.
A pesar de este problema, o de la renta de los Extremeños, que habiendo aumentado casi 12 puntos porcentuales, en los años citados en la estadística, aun sigue siendo baja, hay que reconocer, que en los últimos años, se ha producido una situación que tiende a la convergencia real con los niveles medios del país.
Y precisamente, porque el nivel de desarrollo en Extremadura , se encuentra entre los más bajos de la Europa Comunitaria, a pesar de la tendencia convergente de la economía de la Comunidad Autónoma Extremeña, la gente del pueblo Extremeño, deseamos sinceramente que el Presidente Juan Carlos se recupere enseguida, y mantenga las riendas de una política Extremeña de desarrollo, que él está más cualificado que nadie para dirigir, por su liderazgo popular, por su influencia en el Partido Socialista Obrero Español, y por su profundo conocimiento de la realidad Extremeña, y demostrada capacidad para tirar de un carro, al que todavía le queda mucho camino que recorrer, que él conoce como nadie.
El presidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra, no ha podido estar en el debate sobre el estado de las Autonomías, y es una pena, justo ahora que vivimos, ese momento crítico para las Comunidades Autónomas, en el que se define el modelo de convivencia. Aunque se dice que nadie es imprescindible, en este caso, no es que no podamos prescindir de Ibarra como Presidente del Gobierno Regional, es que contrastando su labor, y sopesando las alternativas, con sólo pensarlo tiembla Extremadura.
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Milagrosa Carrero Sánchez

sábado, diciembre 17, 2005

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EDUCAR PARA LA DEMOCRACIA

Milagrosa Carrero Sánchez


Educar para la democracia, suena hasta “cursi”, pero no se me ocurre otra mejor manera de expresar, lo que creo que debemos hacer los adultos, con las nuevas generaciones, y especialmente, los sectores implicados en el proceso educativo, como somos los padres, los profesores, y los medios de comunicación.
Desde mi triple perspectiva de madre, profesora, y articulista, encuentro una oportunidad de oro para educar a nuestros niños, y jóvenes, cada vez que se suscita un debate ideológico, o político en el seno de nuestra sociedad.
Los futuros ciudadanos están en su derecho de aprender a tomar partido, a adoptar posiciones, y es muy recomendable, que lo hagan reproduciendo los patrones de conducta legalmente establecidos, y normalmente usados por los adultos, en un régimen democrático, para defender sus compromisos ideológicos. Han de habituarse a manejar los procedimientos pacíficos de reivindicación, usados en nuestra estructura socio-política, y acostumbrarse a hacer uso de los derechos que como ciudadanos disfrutarán durante toda su vida.
Este año los estudiantes han sido convocados a varias jornadas de huelga , la última el día 14 de diciembre, convocadas por el Sindicato de Estudiante, el STEs, y la CGT, apoyando, entre otros puntos, una enseñanza pública de calidad, y laica.
Los padres han definido sus planteamientos, reflejados por la FREAPA, y la CONCAPA, los profesores están claramente posicionados, hace meses, y los medios de comunicación, también expresan abiertamente sus posturas. Por eso “se me caen los palos del “sombrajo”, cuando en algunos Centros,se le ponen pegas a los alumnos para acudir a dicha convocatoria, o cuando alguno de mis compañeros, y lo expongo, como lo pienso, decide deliberadamente elegir para su examen trimestral, justo el día en cuestión, previsto para el evento, a fin de evitar que los alumnos hagan uso de un derecho a la huelga, que por razones de forma, niegan a los estudiantes, alegando el fácil argumento de que no son trabajadores.
Es cierto que desde el punto de vista normativo el concepto de huelga, va asociado al concepto de trabajo retribuido, por aparecer en nuestro ordenamiento jurídico, como un derecho de los trabajadores. Ateniéndonos a estos matices, tampoco podríamos considerar como tal, la huelga de hambre, por no consistir estrictamente, en un paro voluntario seguido del correspondiente descuento retributivo, aunque haya sido realizada por trabajadores. Puestos a Limitar, de esta manera, las posibilidades de expresión de los distintos colectivos, habría que negarles este derecho, a las amas de casa, a los curas, a los presos, a los voluntarios, etcétera, etcétera...
Pero señores ¿ Hay mejor forma de enseñar algo, que con una clase práctica, sobre el escenario de la vida real?. Estos aprendizaje, llamados significativos, favorecen la asimilación de los contenidos tratados, por su capacidad de motivación sobre el interés del alumno.
Desde el punto de vista educativo, es incluso secundaria, la decisión del alumno, de acudir o no a la huelga; lo principalmente importante es el análisis del problema, el debate, la toma de decisiones, la adopción de posturas consecuentes, en pocas palabras, el desarrollo, en el alumno, de las capacidades necesarias para ejercer una libertad responsable.
Pero no todo el mundo lo entiende así; todavía hay profesionales de la educación que, en base a que los alumnos, supuestamente, carecen de la suficiente información para inclinarse libremente por opción alguna, consideran absurdo permitirles ejercer el derecho a la huelga, y en lugar de aprovechar esta magnífica ocasión, para darles una lección de democracia, les ponen pegas para su ejercicio.
Y lo más incomprensible de todo, son las sanciones. Todavía hay centros, en los que se castiga con un apercibimiento, a los grupos de alumnos que han faltado, o se han ido de las clases, con motivo de la huelga.
Las coacciones que padecen los alumnos para impedirles el ejercicio de “su derecho” a apoyar “la huelga”, son notables: Algunos Profesores no tienen reparos en amenazarlos con avanzar en el temario, como si fuera un día cualquiera, y otros incluso, se permiten colocarles un examen, justamente en la fecha de la convocatoria, para que la opción sea “ninguna”.
Otros muchos, sin embargo, no entendemos, que problema hay en enseñar a los chicos a actuar consecuentemente, y por nuestra parte, insistimos en que han de tomar posturas personales, y responsables.
Estas contradicciones internas del profesorado, convierten en caóticas las jornadas de huelgas de alumnos, que perdidos en un mar de dudas, y con pocos adultos dispuestos a explicarles el problema, de una manera objetiva, se ven sometidos a las presiones de los padres por un lado, y de los profesores, por otro, que no coincidiendo siempre, en sus planteamientos, les pueden llegar a generar cierta ansiedad.
Por otro lado, extendida como está, en ciertos sectores, la idea de que los IES son grandes guarderías, en algunos centros, se entiende que los alumnos, tienen que permanecer en el recinto durante la jornada escolar, lo que aumenta la confusión entre los chavales, que en ocasiones, llegan a sentirse culpables por el hecho de “ir a la huelga”. Todo depende de la interpretación que se dé a las normas, que por lo general, difiere bastante de unos Centros a otros.
Como consecuencia, durante las huelgas de estudiantes, los Institutos se convierten en un desbarajuste de idas y venidas, de clases con 5 o 6 alumnos, que no se atreven a faltar, de asignaturas a cuya clase se tiene necesariamente que asistir, y de otras a las que faltan casi todos los alumnos. A primera hora de la mañana, suelen asistir cierto número de alumnos, que animados por los múltiples rumores que se suscitan alrededor de la huelga, y dependiendo, de las actitudes, que ésta despierte en los distintos profesores, van abandonando, a lo largo de la jornada, primero sus aulas, y luego el centro, en grupos. La sala de profesores comienza a tener una actividad creciente, a medida que aumenta el número de profesores cuyas aulas están vacías. Los pasillos se llenan de pasos, de unos alumnos que vienen, de otros que se van, y sobre todo de los profesores que acuden a su clase, para regresar, acto seguido, casi siempre, por falta de “clientela”.
Me parece necesario desarrollar normativas que regulen este vacío legal, con respecto al derecho a la huelga de los estudiantes, garantizando la opción de su ejercicio, sin ningún tipo de coacciones. Es lógico y positivo, que así como desde niños hacemos uso, de nuestros derechos de asociación, reunión, y manifestación, como ciudadanos de un país democrático, que somos, nuestros jóvenes estudiantes, puedan ejercer con pleno derecho, el recurso de la huelga, para manifestar pacíficamente sus opiniones, porque si realmente queremos vivir democráticamente, tenemos que educar para la democracia.

Milagrosa Carrero Sánchez




VUELVE EL DERROCHE ENERGÉTICO POR NAVIDAD
Por Milagrosa Carrero Sánchez

Seguirle la pista a un envoltorio de papel, y no adquirir conciencia ecológica es prácticamente imposible. Cada vez que se acercan estas fechas, me armo de paciencia, y analizo con mis alumnos, en clase, y con mis hijas, en casa, las consecuencias que implica, el inocente detalle de envolver un regalo. Les ayudo a retroceder mentalmente hasta la fábrica de papel, e imaginamos las enormes batidoras de la pasta, consumiendo más kilovatios de los que nos caben en nuestra imaginación. Visualizamos montones de rodillos giratorios, conformando las láminas, potentes ventiladores, soplando aire precalentado para secarlas, cortadoras, igualando los bordes, impresoras, componiendo bonitos diseños, ordenadores controlando con programas adecuados, todo el proceso, y todo esto, a base de un gasto ininterrumpido de energía eléctrica. No hace falta calcular los Kilovatios, que consume cada día una fábrica de papel, pero si tenemos en cuenta, que el ventilador de cualquier aspiradora tiene una potencia de, al menos, 900 vatios, y cualquier resistencia eléctrica entre uno, y dos kilovatios, podemos imaginar el gasto eléctrico diario, que suma, durante un mínimo de ocho horas, con todas sus máquinas, una industria de este tipo.
El consumo de energía en una planta papelera, varía mucho dependiendo del proceso de fabricación de la pasta, que puede tratarse química o mecánicamente.
Muchas fábricas utilizan turbinas de vapor. Estas máquinas térmicas, queman directamente el combustible, produciendo la consiguiente contaminación. En cualquier caso, el proceso requiere el funcionamiento de muchos motores, frecuentemente eléctricos, de gran potencia, tales como trituradoras, y refinadoras.
El uso de energía eléctrica en lugar de máquinas térmicas (motores y turbinas), no significa actualmente, menor riesgo de contaminación, ya que el 56 % de la energía eléctrica producida, se obtiene en centrales térmicas convencionales, que queman hidrocarburos, produciendo emisiones tóxicas, procedentes de la combustión, además de contaminar térmicamente el entorno, por el exceso de energía, que hay que disipar, en la torres de refrigeración.
En nuestro país hay en funcionamiento, aproximadamente, 200 centrales térmicas, con una potencia total instalada de 27.000 MW.
De manera, que cada vez que uso un pañuelo de papel, soy responsable directa de los efectos de la contaminación.
El efecto invernadero, producido por las emisiones a la atmósfera, de gases, procedentes de la combustión de hidrocarburos, como el dióxido de carbono, o el metano, entre otros, es probablemente, el causante del aumento de la temperatura del planeta, y de la previsible alteración del clima, cuyas desconocidas consecuencias empieza a preocupar, no sólo a los científicos.
La concentración media de dióxido de carbono se ha incrementado desde unas 275 ppm antes de la revolución industrial, hasta 361 ppm en 1996.
Los niveles de metano se han doblado en los últimos 100 años.
Los científicos piensan que la mayor concentración de gases con efecto invernadero, producirá, un cambio climático, que será más rápido en tierra firme que en los mares, cuyas aguas, absorberán inicialmente el calor adicional, estando previsto un aumento de la temperatura de entre 1º, y 3.5 ºC para el año 2100.
Es imposible saber, y menos demostrar, si el aumento de 0.6ºC que la temperatura media del planeta ha sufrido en los últimos 130 años, se debe a este efecto, pero parece claro que existe una relación, y en busca de una solución práctica, los países europeos, “dieron a luz”, el 11 de diciembre de 1997, el conocido Protocolo de Kioto, determinando medidas, para la reducción de las emisiones, en los países industrializados.
En dicho acuerdo, se limitan las emisiones de varios gases de efecto invernadero: dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, hidrofluorocarbonos, y perfluorocarbonos.
No es posible predecir, con exactitud, las consecuencias de este fenómeno, para lugares concretos, pero es previsibles que los desiertos se hagan más cálidos, y secos, afectando especialmente a Oriente Medio, y a África, sin olvidar a la Península Ibérica. Si esto llegara a ocurrir, podrían fundirse entre un tercio y la mitad de los casquetes polares, inundando grandes superficies costeras, y produciendo grandes cambios en los ecosistemas, que supondrían una convulsión en nuestra sociedad.
Sin embargo, en estas fiestas navideñas, nadie diría que el despilfarro energético pudiera suponernos problema alguno.
El solsticio de invierno, se ha celebrado en diferentes culturas, desde hace más de un millar de años, 12.000 según algunos antropólogos, como E.W.Budge. Significa la vuelta de la luz, el renacimiento de las tinieblas. Los nórdicos y celtas, lo celebraban durante doce días. En tiempos de los romanos, el emperador Aureliano, en el siglo tercero, estableció el 25 de diciembre, como cumpleaños del sol invencible, dentro de las celebraciones romanas del solsticio de invierno. Como el niño Jesús, muchos dioses y héroes anteriores (Edipo, Perseo, Jasón, Apolo, Mirta, Horus...etc), poseían historias parecidas, de nacimiento, muerte y resurrección.
Cuando la iglesia católica aceptó esta fiesta, como parte de su religión, en el 320 de nuestra era, ya eran populares las celebraciones Mithraicas, de los Romanos, y las dedicadas al dios Yule de los Celtas y Sajones.
Así pues, no es de extrañar esa efervescencia del espíritu navideño, que nos impulsa al cambio, cada solsticio de invierno. Claro que, en nuestro mundo consumista, manifestamos estos impulsos con un convulsivo comportamiento depredador, que nos empuja a gastar mucho dinero, y a desperdiciar mucha energía. Y así, sin pensar en las consecuencias, nos vemos obligados, a preparan desproporcionados banquetes, cubrir a nuestros allegados de inservibles regalos, y convertir las noches en días, en un colorido espectáculo, de luces de colores.
¿Y que me dicen de la desproporcionada inversión en adornos luminosos, de las ciudades? ¿De donde sale la energía eléctrica que nos damos el “lujazo” de derrochar, de la manera más insolidaria y más antiecológica posible, para simple distracción de nuestros sentidos? ¿De las centrales térmicas, causantes de los fenómenos comentados, o a caso, de las temidas centrales nucleares, cuyos residuos radiactivos, quedarán amenazando a las futuras generaciones, durante cientos, miles e incluso millones de años?
En España se producen cada año 2.160 toneladas de residuos radiactivos, depositados, periódicamente, entre el cementerio, para restos nucleares, del Cabril, que recibe anualmente 2000 toneladas de residuos, de baja y mediana actividad, y las propias instalaciones, que guardan celosamente el resto.
Pero vivimos en esa especie de burbuja mágica, de los países “desarrollados”, que de espaldas a la realidad, embelesada con nuestro propio afán consumista, ignora deliberadamente las consecuencias de sus propios actos. Y puedo entender, que en verano, nos empeñamos en pasar frío, regulando los termostatos, de los climatizadores, por debajo de la temperatura legalmente permitida, y que en inviernos, gocemos pasando calor, con las calefacciones a tope, pero lo que me resulta inconcebible, es este empeño en derrochar energía, que obliga a las casas comerciales a presentar los productos, embalados en laboriosísimos paquetes, de varias capas, a los ayuntamientos a despilfarrar convulsivamente en iluminación, arrastrados por una especie de fuerza competitiva, y a nosotros, la gente que vivimos sumergida en este sistema, a olvidar que con cada regalo que envolvemos, cada objeto inútil que compramos, cada vatio innecesario que gastamos, estamos desperdiciando una energía, que ninguna civilización anterior, en los últimos 12.000 años, había soñado jamás, con ofrecer en sacrificio, al más exigentes de sus dioses, para salir de las tinieblas, la noche más larga del año.

Milagrosa Carrero Sánchez