lunes, marzo 12, 2007

UNA EXTREMEÑA EN CIUDAD DIGITAL

UNA EXTREMEÑA EN CIUDAD DIGITAL

Ciudad digital, me ha llevado ha llevado de Extremadura a Huesca -diez horas de carretera en un autobús que a veces botaba, y las más, pegaba verdaderos pantocazos- con la sana intención de aprender algo, y de experimentar nuevas vivencias.

Los talleres, y las conferencias giraban en torno a las posibilidades de la blogosfera, las redes, y las nuevas tecnologías, para el tratamiento de la información, y la transmisión de mensajes, y sin embargo mis conclusiones no se detienen en las herramientas digitales, sino en el factor humano.
No me interesa sumergirme en las tripas de los programas digitales para obtener nuevas utilidades, habilidad que tampoco menosprecio; Me interesa usar la red como una herramienta integradora, que ayude a popularizar mi ideal de sociedad, justa, igualitaria, libre y solidaria.

El mejor regalo del encuentro ha sido conocer a gente como Cesar Calderón, Jéssica ficoll, José Antonio DonAire, José Rodríguez o tantos otros compañeros que utilizan sus ojos para mirar, sus oidos para escuchar y su boca para dialogar. Personas, y personajes, que nada más lejos de encerrarse en una atalaya de privilegiados, que han tenido acceso al conocimiento digital, practican cada día la solidaridad luchando por una sociedad basada en el respeto.

Encontrarme con amigos que desde entornos radicalmente distintos, rompen cada día con las barreras que separan a ricos de pobres, y a cultos de ignorantes, saltando por encima de las injustas clasificaciones que segregan a la gente por colores, por edades, o por niveles de acceso a la educación, y atreviéndose a algo tan simple e indispensable como a asomarse en al alma de los otros, usando la red como una herramienta para la igualdad, no para la no discriminación, no tiene precio.

Y como ha habido de todo, el momento emotivo fue cuando Cesar Calderón, que es un cielo, presentó la página de Guillermo Fernández Vara, como innovadora y participativa, palabras valiosas de un extremeño de la tercera provincia.

Todo esto, ya es suficiente, para mí, que habría hecho el viaje sólo por escuchar el sereno relato del conductor, una persona tranquila, educada, y respetuosa, con una vida tan intensa como enriquecedora, y una mente lúcida, como tantas otras que se esconden en los rostros de la gente de la calle, o como en este caso entre el respaldo de un asiento, y el volante de un autobús.

No se trata de solo de hablar y escuchar, sino de entenderse mutuamente, aunque sea por internet, por el movil, o en la cola de la multitienda.
Milagrosa Carrero


Ciudad digital, me ha llevado ha llevado de Extremadura a Huesca -diez horas de carretera en un autobús que a veces botaba, y las más, pegaba verdaderos pantocazos- con la sana intención de aprender algo, y de experimentar nuevas vivencias.

Los talleres, y las conferencias giraban en torno a las posibilidades de la blogosfera, las redes, y las nuevas tecnologías, para el tratamiento de la información, y la transmisión de mensajes, y sin embargo mis conclusiones no se detienen en las herramientas digitales, sino en el factor humano.

No me interesa sumergirme en las tripas de los programas digitales para obtener nuevas utilidades, habilidad que tampoco menosprecio; Me interesa usar la red como una herramienta integradora, que ayude a popularizar mi ideal de sociedad, justa, igualitaria, libre y solidaria.

El mejor regalo del encuentro ha sido conocer a gente como Cesar Calderón, Jéssica ficoll, José Antonio DonAire, José Rodríguez o tantos otros compañeros que utilizan sus ojos para mirar, sus oidos para escuchar y su boca para dialogar. Personas, y personajes, que nada más lejos de encerrarse en una atalaya de privilegiados, que han tenido acceso al conocimiento digital, practican cada día la solidaridad luchando por una sociedad basada en el respeto.

Encontrarme con amigos que desde entornos radicalmente distintos, rompen cada día con las barreras que separan a ricos de pobres, y a cultos de ignorantes, saltando por encima de las injustas clasificaciones que segregan a la gente por colores, por edades, o por niveles de acceso a la educación, y atreviéndose a algo tan simple e indispensable como asomarse al alma de los otros, usando la red como una herramienta para la igualdad, no para la discriminación, no tiene precio.

Y como ha habido de todo, el momento emotivo fue cuando Cesar Calderón, que es un cielo, presentó la página de Guillermo Fernández Vara, como innovadora y participativa, palabras valiosas de un extremeño de la tercera provincia.

Todo esto, ya es suficiente, para mí, que habría hecho el viaje sólo por escuchar el sereno relato del conductor, una persona tranquila, educada, y respetuosa, con una vida tan intensa como enriquecedora, y una mente lúcida, como tantas otras que se esconden en los rostros de la gente de la calle, o como en este caso entre el respaldo de un asiento, y el volante de un autobús.

No se trata de solo de hablar y escuchar, sino de entenderse mutuamente, aunque sea por internet, por el movil, o en la cola de la multitienda.
[DSCN1254.JPG]
Milagrosa Carrero

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